Encontramos en algunos alumnos diferentes problemas frente a la conducta correcta. Nosotros como docentes debemos saber de dónde proviene el problema, cual es su origen, y qué medidas podemos aplicar, ya que con eso vamos a intentar que nuestros alumnos confíen en sí mismos y en nosotros, consiguiendo ventajas inigualables, que le harán trabajar y actuar de una manera correcta.
Normalmente muchos de estos problemas provienen de casa, es decir, llegan con ellos a la escuela, y suelen ser los siguientes:
- No obedecen a sus padres y profesores.
- Los conflictos con los demás alumnos suelen ser frecuentes.
- Tendencia a un carácter agresivo.
- No suele realizar las actividades diarias.
Debemos de saber que la disciplina debemos de llevarla a la práctica, pero de una manera sosegada, ya que vamos a intentar que el alumno se sienta identificado con los que se esta realizando en el aula, y que tenga conciencia de lo que está realizando, y el por qué de las cosas. Esta sería una buena manera de empezar a erradicar el problema. A continuación vamos a destacar una serie de actos disciplinarios, para intentar certificar lo dicho anteriormente:
- Corregir conductas peligrosas, dándole explicaciones de por qué debe ser de una manera y no de otra.
- El niño debe tener conciencia de lo que está haciendo.
- Debemos de intentar que muestre atención por lo que esta aprendiendo.
- El razonamiento debe ser una pieza clave.
- Como maestros debemos de evitar las amenazas, para conseguir el objetivo.
Sería importante que muchas de las conductas que trabajamos en la escuela, sean trasladadas al ámbito familiar, para certificar y grabar la conducta trabajada. Si no es así, será más difícil llegar a conseguirlo.
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