jueves, 24 de mayo de 2012

Conferencia

Este lunes día 21 de mayo, vino a nuestra facultad Sebastian Rodriguez, profesor de escuela, a darnos una charla sobre como intenta su escuela y él llevar a cabo la educación.

Personalmente me sorprendió su manera de intentar hacer participe al alumno de la dinámica de la clase, ya que hoy día eso no suele suceder. Como él mismo dijo la educación de hoy en día va orientada a una cultura disciplinar, en la que los niños se dividen en asignaturas,cursos, etc... lo que viene a ser una organización rígida.

Todo esto tiene algo que ver con la disciplina. Como Sebastian decía su objetivo era que el alumno participara en la dinámica de la clase, y al participar en esta no se ve estrictamente necesario inculcar una disciplina, ya que las consecuencias de esta organización rígida pueden ser no cuidar las instalaciones, ya que no se sienten propias, o reaccionar ante el sistema creando conflictos. Al ser participe de la dinámica de la clase pocos alumnos generan estos problemas porque se encuentran insertados en la clase.

Esto es una buena medida para mejorar la disciplina, sin necesidad de imponer castigos o medidas mas estrictas para que un alumno no cree conflictos, no cuide el colegio o se rebele contra el sistema.

Pero esto a su vez me crea algunas dudas, ¿no puede crear esto algunos problemas a los profesores que intentan inculcar la disciplina a la antigua? yo pienso que si, porque los alumnos (supongo) prefieren la otra manera y se pueden llegar a rebelar contra la forma de enseñar de estos profesores, que a su vez se pueden llegar a ver perjudicados en su trabajo, con alumnos que no estudien o no hagan sus tareas en plan protesta por esa manera de educar.

lunes, 14 de mayo de 2012

Disrupcion


Uno de los retos que se plantean en estos momentos  en el sistema educativo es la
creación de procesos de aula donde impere la buena  convivencia y el orden. Todo
aprendizaje y socialización exige de unos formatos  de respeto y confianza entre los
distintos miembros de la comunidad educativa. Sin embargo, en las últimas décadas ha
aumentado el sentir por parte del profesorado, y de la sociedad en general sobre la falta
de motivación por aprender, y sobretodo de la proliferación de contextos de aula donde
no existe un buen clima, e imperan las conductas indebidas y la falta de disciplina de
algunos alumnos con el amparo y seguimiento del conjunto del alumnado

Esta dificultad y tensión que los profesores mayoritariamente manifiestan que se sufre
en los procesos de enseñanza-aprendizaje se atribuyen generalmente a la indisciplina de
una serie de alumnos, denominados disruptivos, que impiden la marcha normalizada en
el aula con sus comportamientos y actitudes, además de crearse un campo abonado para
la falta de respeto a la autoridad del profesor y las normas establecidas.


La disrupción en el aula es un fenómeno complejo que a pesar de interpretarse en
muchos casos como un hecho que recae en una serie de individuos, alumnos, es sin
embargo un fenómeno interactivo. Así encontramos que en la búsqueda de mejoras del
clima de aula hay que valorar y revisar aspectos referentes a la organización del aula, las
estrategias de comunicación que se dan con cada profesor y grupo, los vínculos
relacionales que se establecen entre los mismos,  el ajuste curricular y las adaptaciones
curriculares, las normas del aula y las rutinas que utiliza cada profesor en sus procesos
de aula.
La disrupcion tiene las siguientes caracteristicas:

-Se refiere a  un conglomerado de conductas inapropiadas dentro del aula,
tales como levantarse a destiempo, hablar cuando explica el profesor, etc.
-Supone que los objetivos educativos de las diferentes personas en el aula no
convergen en un punto común; es decir, los propósitos educativos iniciales del
profesor no son compartidos y asumidos por todos los alumnos.
-Retarda y en algunos casos impide el proceso de enseñanza y aprendizaje.
-Se convierte en un problema académico, pues no permite ampliar, ni reforzar
los conocimientos debidos.
-Se interpreta como un problema de disciplina o mejor dicho de indisciplina en
el aula.
-Su repercusión excede a los individuos sobre los que se centra la acción
(alumno-profesor), porque produce mayor fracaso escolar en el grupo clase.
-Propicia un  clima de aula tenso donde se crean malas relaciones
interpersonales, tanto entre profesores y alumnos como entre los propios
alumnos.
-Proporciona un campo abonado para la aparición y aumento del maltrato entre
alumnos.
-Separa emocionalmente hablando a profesores y alumnos  impidiendo en
muchos casos planteamientos didácticos innovadores

IMPORTANCIA DEL PROFESOR
Un estudio expone los "tipos" de profesores segun la comunicacion con sus alumnos:

Estricto; El ambiente de aprendizaje está bien estructurado y centrado en la actividad.
Estructura la actividad y se organiza con eficacia  y normalmente termina toda la
programación a tiempo. No es cercano a los alumnos  aunque a veces es amigable y
comprensivo dado que no le parecen importantes las  relaciones de amistad con el
alumnado. Domina y controla la discusión en el aula manteniendo el interés de los
alumnos. Se enfada de vez en cuando aunque las normas son bien conocidas y se
respetan. Es exigente con  el nivel curricular centrándose sobretodo en la tarea. Se le
percibe como exigente.


Con autoridad: Bien estructurado, con ambiente agradable y centrado en la tarea. Las
reglas son claras y no son cuestionadas por los alumnos. Los alumnos suelen estar
atentos y generalmente producen mejor trabajo que con el profesor estricto. Se muestra
interesado en las necesidades de los alumnos pues muestra un interés personal en sus
alumnos. Su método preferido es el expositivo, si bien puede hacer uso de otros
métodos. Sus clases están bien estructuradas y planificadas. Los alumnos le consideran
un buen profesor.
Tolerante y con autoridad; Mantiene una estructura que favorece la responsabilidad y la
libertad del alumnado. Usa gran variedad de métodos, a menudo utiliza el pequeño
grupo donde el alumnado actúa bien. El ambiente de la clase se parece al profesor con
autoridad si bien hace más hincapié en unas relaciones interpersonales más cercanas con
el alumnado, mostrándose a gusto con las clases y creando buen ambiente. Ignora la
disrupción leve y hay poca necesidad de recordar las normas.


Tolerante; Los alumnos tienen más libertad y el ambiente es  agradable brindándoles
apoyo. A los alumnos les gusta la clase. Los alumnos aprecian al profesor por sus
esfuerzos por compaginar sus estilos de aprendizaje con la materia. Suelen trabajar a su
ritmo por lo que a veces provoca que se perciba el ambiente como desordenado.


Inseguro/Tolerante; Muy cooperativo pero con poco liderazgo. La clase está poco
estructurada. Tolera el desorden y los alumnos no se centran en la tarea, muestra una
cierta ceguera hacia lo que está ocurriendo en la clase. Se preocupa por la clase y no le
importa repetir lo que no se entiende reiteradamente pero el ambiente es tan
desestructurado que a menudo sólo atienden los alumnos de las primeras filas mientras
que el resto hace sus cosas. Los alumnos no molestan mucho al profesor dado que éste
ignora la mayoría de las veces el desorden existente. Las normas son arbitrarias y los
alumnos no saben bien qué ocurrirá cuando se infringe una norma. Actúa con poco
contundencia ante las faltas de conducta y apenas obtiene efectos positivos. A veces
reprende inmediatamente, y a veces no presta atención a ese mismo hecho, es ambiguo
en su respuesta ante la mala conducta. Tiene pocas expectativas sobre el rendimiento del
alumnado a largo plazo y como mucho se siente satisfecho a corto plazo, el resultado es
un equilibrio improductivo en el que tanto el profesor como el alumno llevan su propia
vida.


Inseguro/Agresivo; Hay un ambiente de desorden agresivo. El profesor y los alumnos se
perciben como oponentes y continuamente se escalan  los conflictos. Los alumnos
aprovechan cualquier oportunidad para actuar indebidamente y provocar al profesor,
chillando, riéndose, saltando por la clase que provoca una reacción de pánico con
respuestas amenazantes, desproporcionadas, que a su vez produce peor conducta hasta
poder llegar al descontrol total. En medio de la lucha el profesor puede repentinamente
intentar disciplinar a algún alumno que reacciona agresivamente quedando el culpable
sin castigo. Las reglas no son ni conocidas, ni comunicadas con precisión. El profesor
pasa casi todo el tiempo intentando controlar la clase y no intenta diferentes métodos de
enseñanza puesto que piensa que primeo debe existir orden y después se podrá enseñar.
Por desgracia el aprendizaje es lo que menos se da en estas clases.


El aguantador;  Lo más relevante es el  constante esfuerzo que el profesor realiza por
mantener el orden en la clase, lo cual suele conseguir pero a costa de mucha energía
personal.  Se sitúa entre el docente inseguro agresivo e inseguro  tolerante. Los alumnos
atienden siempre y cuando el profesor intenta motivarles activamente. Normalmente
consigue impartir la clase con rutinas establecidas y repetitivas en el que el profesor
continuamente habla sin ninguna experimentación. No se muestra cercano al alumnado,
ni presta ayuda, ni crea competitividad, ni es entusiasta pero no le perciben ni simpático
ni antipático, tampoco se producen muchos afectos. A menudo está cercano al estado
del “profesor quemado” debido a los continuos esfuerzos que tiene que hacer para
mantener el orden en la clase.

Represivo; Los estudiantes se muestran desconectados y extremadamente dóciles,
aunque no significa que se impliquen en la actividad, siguen las reglas y tienen miedo
de los estallidos de enfado del profesor. Este profesor es la cúspide de la rigidez. Sus
clases están estructuradas pero no bien organizadas, no se fomentan las preguntas ni se
dan muchas aclaraciones. De vez en cuando los alumnos trabajan de forma individual
pero recibirán poca ayuda del profesor. El ambiente es carcelario y desagradable con
alumnos temerosos donde prima la competitividad y la actividad pivota alrededor de los
exámenes. El profesor no permite la iniciativa del  alumnado prefiriendo la clase
magistral mientras que los alumnos se sientan en silencio. Los alumnos perciben al
profesor  como infeliz e impaciente y su silencio se asemeja a la tranquilidad después de
la tempestad.

Esto estudio demuestra que tambien en el proceso enseñanza-aprendizaje influye la disciplina que el profesor transmita a sus alumnos, y pienso personalmente que deberia ser una cosa que se halle en el termino medio, ya que como si eres muy distante con la clase tanto si le das tu total confianza, puede ser poco productivo para los alumnos.





miércoles, 2 de mayo de 2012

Estrategias para una disciplina mejor

ESTRATEGIAS EDUCATIVAS DE MANEJO DE LA CLASE

  1. DISPOSICIÓN DEL ENTORNO FÍSICO DEL AULA.

Los profesores suelen manifestar que es preferible el uso de filas individuales o, como mucho, filas de a dos, para minimizar las distracciones de los niños. En el caso de utilizar agrupaciones, lo mejor es colocar los pupitres en forma de herradura, que permite la interacción, el trabajo independiente y el fácil acceso del profesor a todos los alumnos de la clase.

Aquellos estudiantes que presenten mayores dificultades (discapacitados, "alumnos nerviosos", etc.) deben estar ubicados cerca del profesor, sin que ello se interprete como un castigo, y lejos de la entrada o las ventanas, para evitar distracciones. Es conveniente situar a su lado niños que sean buenos modelos, compañeros que trabajan bien, que sean atentos cuidadosos y ordenados.

En los pupitres deben aparecer sólo los materiales imprescindibles para llevar a cabo el trabajo asignado en cada momento. Hay que evitar que estén a la vista objetos interesantes no necesarios que inviten a su manipulación y a descentrarse de la tarea.

  1. MANEJO DE CLASE. DISCIPLINA, NORMAS Y EXPECTATIVAS.

Los niños necesitan disciplina, normas de funcionamiento y límites claros a su comportamiento. Para mayor eficacia, el maestro debe lograr una buena relación afectiva y ser paciente y comprensivo. Debe ser consciente de que el niño no desea engañar ni fastidiar a nadie y de que, a menudo, no sabe cómo controlar y regular su propia conducta.

En general, los profesores creen que los niños saben cuáles son las normas de funcionamiento en el aula. Diversos estudios empíricos confirman que esto no es cierto. Algunas claves para evitarlo son:

-         Recordar periódicamente las normas de clase a los alumnos, clarificarlas y ejemplificar su cumplimiento en alumnos que las sigan.
-         Exponer las normas fundamentales en la clase en lugar bien visible.
-         Circular con frecuencia por la clase controlando la conducta de los alumnos y proporcionándoles el conveniente feedback sin importunar a los demás.
-         Asegurarse de que las actividades y las rutinas de funcionamiento han sido entendidas por los alumnos.
-         Alabar conductas específicas y evitar referencias generales. Es mejor decir "Me gusta cómo has hecho estos ejercicios" que "Has sido bueno".
-         Cuando sea preciso castigar al niño será preferible hacerlo en privado, en tono positivo, dando alternativas y proporcionando pautas claras de acción. No conviene quitarle tiempo de recreo.
-         Evitar castigos o consecuencias negativas para toda la clase que se basen en la conducta del niño conflictivo.
-         Para lograr la generalización de la buena conducta el tutor debe establecer comunicación constante con los demás profesores del aula y con los que atienden al niño en el comedor y en el patio, y recompensar las conductas pertinentes.
-         Hay que comenzar a tratar los problemas cuanto antes. Además en la adolescencia las exigencias de autocontrol, autodirección, planes a largo plazo y toma de decisiones plantean graves conflictos a los adolescentes que no han sido tratados.


Problemas de conducta

Problemas de conducta

Encontramos en algunos alumnos diferentes problemas frente a la conducta correcta. Nosotros como docentes debemos saber de dónde proviene el problema, cual es su origen, y qué medidas podemos aplicar, ya que con eso vamos a intentar que nuestros alumnos confíen en sí mismos y en nosotros, consiguiendo ventajas inigualables, que le harán trabajar y actuar de una manera correcta.
    Normalmente muchos de estos problemas provienen de casa, es decir, llegan con ellos a la escuela, y suelen ser los siguientes:
  • No obedecen a sus padres y profesores.
  • Los conflictos con los demás alumnos suelen ser frecuentes.
  • Tendencia a un carácter agresivo.
  • No suele realizar las actividades diarias.
    Debemos de saber que la disciplina debemos de llevarla a la práctica, pero de una manera sosegada, ya que vamos a intentar que el alumno se sienta identificado con los que se esta realizando en el aula, y que tenga conciencia de lo que está realizando, y el por qué de las cosas. Esta sería una buena manera de empezar a erradicar el problema. A continuación vamos a destacar una serie de actos disciplinarios, para intentar certificar lo dicho anteriormente:
  • Corregir conductas peligrosas, dándole explicaciones de por qué debe ser de una manera y no de otra.
  • El niño debe tener conciencia de lo que está haciendo.
  • Debemos de intentar que muestre atención por lo que esta aprendiendo.
  • El razonamiento debe ser una pieza clave.
  • Como maestros debemos de evitar las amenazas, para conseguir el objetivo.
    Sería importante que muchas de las conductas que trabajamos en la escuela, sean trasladadas al ámbito familiar, para certificar y grabar la conducta trabajada. Si no es así, será más difícil llegar a conseguirlo.